domingo, 14 de junio de 2009

Hombre trabajando...

Hace poco un gran amigo mío platicaba que el se encontraba seguro que lo que al hombre le pasaba con la edad era que perdía al niño que tenía en su interior y dejaba que su mente se atrofiara y perdiera las esperanzas de continuar con las cosas, bueno el no lo expresó así, el dijo simplemente que con la edad nos hacíamos inútiles, obviamente en primera instancia lo apoyé, después me di cuenta que era una gran pedrada que simplemente la arrojaba al cielo y que a el y a mi nos iba a caer tarde o temprano.

Después de unas horas comencé a analizar mas a fondo su planteamiento, y en un momento a eso de las dos de la madrugada mirando al techo de mi cuarto descubrí que en verdad estaba en lo cierto, quizá solo me doy cuenta en estos momentos que no recuerdo algunas cosas pero poco apoco he perdido una parte que creía que siempre estaría conmigo, mi inocencia? (jajajaja) no, no es eso, creo que esa la perdí hace bastante y no la extraño demasiado, creo que aun quedan residuos de ella dentro de mi, quizás jugando con ese grinch, descubrí que mi memoria se iba poco a poco evaporando de mi cabeza, me pregunté pero si el ser humano solo utiliza un pequeño espacio de su cerebro, porque olvido, y en ese momento me di cuenta que no le ponía la suficiente atención a las cosas, no crean que fue una disertación filosófica, lo descubrí cuando al mirar por la ventana me quedé como estúpido mirando veinte minutos a la luna que peculiarmente me pareció hermosa, que iba perdiendo de vista todo lo que analizaba.

Horas después determiné soy un hámster, tengo déficit e atención difusa e hiperactividad, por eso no pongo la suficiente atención a las cosas, oh por dios que descubrimiento, desde ese momento crucial he determinado que tengo que recuperar todo lo que he perdido, y una vez mas me quedé a solas con mi mente analizando lo que me acogía.

A eso de las cuatro de la madrugada decidí que todo iba a ser distinto, me dispuse a darle las gracias a mi amigo por su magnifico planteamiento y reconocer que es un tipo increíble pero al ver el reloj me dije, si le marco para darle las gracias por ser el ser que inspiró y dio una nueva perspectiva a mi universo antes de decirme si amigo no te preocupes cuando quieras y en ese momento ponernos a divagar, me iba a decir cabrón ya ni la friegas que no te das cuenta de la hora que es?, así que después de sopesar que sería lo mejor decidí mejor guardar mi agradecimiento para otro momento y disponerme a dormir.

A la mañana siguiente como buen hombre se me olvidó lo que le iba a decir, pero en la tarde que lo vi recordé todo, por supuesto no le conté todo pero si le di las gracias, quizá no supo porque le agradecía pero saqué eso de mi sistema.

1 comentario:

  1. Creo que no es cuestión de que lo olvidamos, sino de que no lo sabemos escuchar. Cuando se es niño, los "problemas" siempre eran fáciles de resolver (ya se que me vas a decir que los problemas de niños no eran verdaderos problemas). Sin embargo, cuando tengamos 40 podremos decir que nuestros problemas de los 20 no eran verdaderos problemas, y así sucesivamente. El punto es que la mayoría de las personas mientras más crece, más se aleja de sí mismo. Cuántas veces no hemos visto algo raro que nuestro instinto de niño nos pide detenernos 1 minuto y apreciarlo pero nuestras decisiones de adulto (como llevan prisa) usualmente se aleja.
    Es como cuando decidiste por primera vez trepar un árbol, que no te daba miedo romperte un brazo porque confiabas demasiado en tí. Creo que con la edad, lo que sucede es que olvidamos cómo escuchar y olvidamos también cómo volver a confiar. Cada dia se vuelve más difícil quitarle el dulce a un bebé.

    Que tengas bonito fin de semana. Me gustó esta entrada.

    tvb... ciao.

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